Gongora rufescens

La pequeña flor de esta orquídea tiene forma de ave. Surge de un delegado tallo donde penden unas siete flores colgantes.
La primera vez que vi una Gongora se presentó sobre un fondo oscuro.
Su forma me recordó a las aves del submundo oscuro en Tolkien; pero también a un soneto de Góngora, el gran poeta español del siglo XVII:
«… Infame turba de nocturnas aves
Gimiendo tristes
Llorando graves.
(Verso 39 de Polifemo y Galatea).
Góngora poseía una enorme sensibilidad pero era de cuerpo deforme con una pronunciada chepa.
Esta dualidad de la «infame turba de nocturnas aves» y la belleza de la ninfa de los bosques Galatea, cantada en el poema, es espejo de su propia dualidad.
Las orquídeas que observé me recordaron esa dualidad del poeta y la oscuridad tenebrosa de la cueva de Polifemo.
El botánico que bautizó esta orquídea como Gongora, también describió una hermosa flor que denominó Gongora galatea, en honor al poeta y a la hermosa ninfa Galatea