Nalca en casa particular de Aysen, Chile
Gunnera tinctorea

Gunnera tinctotia (nalca).

Las enormes hojas de esta Gunnera contrastan con la primera especie que me encontré en Patagonia: la Gunnera magellanica del tamaño e una hoja de la malva europea. Esta especie es considerada técnicamente una hierba que alcanza metro y medio de altura.

Los gruesos tallos de la «nalca» crecen semisubterráneos; emiten nódulos cubiertos de un denso vello justo donde crecen los tallos florales que al final serán los frutos comestibles. Tanto los pedúnculos como las hojas están recubiertos por pelos gruesos o espinas cónicas que le da un tacto muy áspero.

Un aspecto interesante es que en los nódulos se desarrollan cianobacterias como Nostoc punctiforme que aportan a la planta nitrógeno orgánico a cambio de azúcares. Eso permite a la planta crecer incluso en condiciones muy ácidas donde hay escasez de nitrógeno.

Curiosamente las colonias de bacterias tipo Nostoc son de color anaranjado como el de la vellosidad de los nódulos de esta Gunnera.

Las Gunneras son originarias de la región sur de Chile y se extiende más hacia el norte donde haya ciertas condiciones de humedad. Pueden habitar regiones montañosas donde la temperatura es inferior a los 15 grados bajo cero, la nieve las puede cubrir y esta planta perenne sobrevivir.

Los tallos y los frutos de estas gunneras son comestibles y tienen propiedades astringentes y medicinales de manera similar a los ruibarbos, de ahí su nombre inglés:
«giant rhubarb»

En estado silvestre me la encontré al borde de los bosques, de ríos cascadas o arroyos e incluso trepada a altos roquedales de montaña, acantilados aunque cerca de algún descenso de aguas.

Todo un «bosque» de gunneras en una playa cerca de Delcahue, Isla Chiloé en Chile. En el acantilado observé abundante agua dulce escurriendo de la roca, parece ser una condición de cierta humedad para el desarrollo pleno de la planta, justo en un acantilado de areniscas similar al que Charles Darwin describió en el «Beagle diary»:

» Un día advertí que en los acantilados de arenisca crecían algunos ejemplares magníficos del Gunnera scabra, (sinónimo de la G. tinctoria) planta algo parecida al ruibarbo, en escala gigante. Los naturales comen los tallos, que son algo ácidos, curten el cuello con las raíces, y sacan de ellas, además, un tinte negro.

Las hojas son casi circulares y profundamente hendidas en los bordes. Medí una que tenía ¡unos dos metros y medio de diámetro y no menos de siete de circunferencia! El tallo crece algo más de un metro, y cada planta echa cuatro o cinco de esas hojas enormes, presentando un conjunto de majestuoso aspecto».

Viaje de un naturista… Capítulo XIII versión en español

Frutos de Gunnera tinctoria, Chile
Frutos rojos de Gunnera tinctoria